Sentada, queriendo ser lo que no soy;
siguiendo el rastro que me encarama
en los linderos de tu alma tisú, estoy
anegada en la esencia de tu aroma.
Incansable, me descuelgo de tus labios,
bebo uno a uno los besos de amor…
que, inagotables decantan esos delirios…
coplas que me hacen amarte con fervor.
Justamente estas cuando debes estar,
con ese acierto que te hace mi héroe,
y mi pecho se expande de bienestar,
menguando las ansias que me corroen.
Así es como me gusta disfrutarte…
atemporal, omnipresente y latente…
con el ímpetu que confirma mi sentir,
y me hace dar gracias por tu existir.