Nubes y aromas
nos llegan en otoño
día tras día.
Son especiales
pues tienen la fragancia
y el colorido.
Es una etapa
que llena de ternura
los corazones.
Es la estación
de sueños y de magia
de los poetas.
Aquí se juntan
los globos y cometas
de alguna infancia.
Porque, en los hombres,
los sueños siguen vivos
y están vigentes.
Hay mariposas
que vuelan a su lado
y les invitan.
Quieren llevarles
al cielo con sus alas
sin pedir nada.
Y el hombre, niño,
se funde con las nubes
en un susurro.
Es como un sueño
los versos que imagina
en su inocencia.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/23