La eterna felicidad
quizás sea una quimera,
más te amaré hasta que muera,
esta es mi oportunidad.
Es toda una realidad
desde el principio mi entrega,
pues cuando el amor te llega
allí se puede albergar
todo cuanto puedas dar,
si quien recibe no niega.
Que hermoso es ver que amanece
permaneciendo a tu lado
el ser a quien has amado,
y en tu cama permanece.
Sientes que te pertenece
después de haberte entregado
esa noche que ha pasado,
donde hicimos el amor,
quizás con tanto fervor
que pareciera pecado.
Un inefable momento,
no comparable con nada
esa mágica velada,
vivirá en mi pensamiento.
En ocasiones, sediento
de ese amor que me atormenta,
mi conciencia se lamenta
de su inevitable ausencia,
minando mi resistencia
cada vez que ella se ausenta.
Classman