ROMANCE DE LAS AMANTES
Pues, yo tuve dos amantes,
que aterraron mis caminos;
una, de nombre Te Extraño,
otra, con nombre Te Olvido.
Con Te Extraño fui feliz
y mil calles recorrimos,
y... nunca le dije nada,
porque ella nada me dijo.
Éramos dos simples mudos
a la sombra de un martirio,
el día me vio celoso,
la noche nos dio el castigo.
Te Extraño se fue tan lejos,
que hizo amargo mi suplicio,
y aunque la luna me anime,
y aunque el sol sea dominio,
ya no podría alcanzarla,
al estar lejos del nido.
Con Te Olvido fue otra cosa,
otro caso muy distinto,
se marchó con ojos tristes,
se marchó directo al limbo.
Y quién sabe si recuerda
el detalle más convicto,
bajo una noche de luna
acostados sin permiso,
nos hizo amantes la gloria,
nos hizo fuga el designio.
Y por darle yo de todo
se marchó en el jardinillo,
jamás yo pude encontrarla,
jamás yo supe el motivo.
¡Adiós! Me dijo cantando,
no me busques cariñito.
Aprende, nada es eterno,
aprende en cada conflicto,
me voy de ti para siempre,
porque sabiendo mi estilo
me has hecho amante una noche
en la tierra del olvido.
Samuel Dixon