Nadie acaba respondiendo,
al ser expertos en procrastinar la ley de causa efecto.
Hacen del consumismo adepto,
a un pobre proletario hambriento,
para ahogar sus penas tras cambiar la vida por un sueldo.
Marco el tempo en la batalla del cielo contra el infierno,
siendo un punto en el desierto,
conectando y expandiendo.
Cuantos inocentes muertos,
cuanto criminal absuelto,
cuanto ser de luz que acaba de la droga dependiendo.
Así que alcemos nuestros puños,
basta ya de sufrimiento,
lucharemos por un mundo el cual podamos entendernos.
Esto no es una utopía,
no te estoy contando un cuento,
solo falta la empatía, cultura y conocimiento.