Hay veces, repetidas,
que me olvido de sentirte.
Es una salvación
esa liberación propia
de arrancarse la ropa sucia.
Te voy dejando atrás
me voy limpiando de tus ojos
esos que empañaban
seductores,
tu cuerpo en aquellos momentos…
Sin embargo ahora te recuerdo
en un juego absurdo de pensamientos
que no deseo sentir ni pensar
así como no te deseo
crujiendo en mi alma
mordiendo en el corazón.
Hay veces, repetidas
que te digo adiós mirando
el cielo, sus nubes y el viento.
Un tiempo vendrá en el que serás sombra
de sombras, una ceniza mezclada
con arena, y el mar…,
que todo lo traga
te llevará lejos de mi piel.