I
Hija mia, esto es un consejo extenso
y una amonestacion exhaustiva;
pues el amor que te tengo es inmeso
y mi deber de padre me motiva.
II
Debes cuidar tu cuerpo con disciplina
como cuando lo preparas para un evento;
Haz que tu alimento sea tu medicina,
y que tu medicina sea tu alimento.
III
Debes cuidar tu alma a capa y espada
como se cuida a un bebé recién nacido
un bebé inocente no sabe nada
y por eso siempre ha de ser protegido.
IV
No vendas aquello que no tiene precio,
como Esau, por un plato de lentejas;
pues cuando aceptas por recompesa al necio
terminas cambiando de parejas.
V
Luego te sobreviene un vacio en el pecho
y quieres que alguien quite tu oprobio;
pues cinco han dormido en tu lecho
y el que está contigo no es tu novio.
VI
Te ciegan los consejos de tus amigas;
consejos que a la larga te hacen daño
Ellas te invitan a que las sigas
por un camino de falsedad y engaño
VII
Cuando abres los ojos ya estás como Marta:
afanada, turbada y con muchas ataduras,
no tienes libertad y te sientes harta
de tener comprar tu pan y pagar facturas.
VIII
Por es eso, fíate en Dios con devoción,
Y no te apoyes en tu propia prudencia
Pues bastante engañosa es la emoción
Ya que es guiada por la concupiscencia.
IX
Cuídate de atraer al hombre bestia
que solo te mira con lujuria y ve lo externo;
por eso, viste tu ropa con modestia
pues no siempre es bueno lo moderno.
X
Cuídate de aquello agradable a los ojos
Y codiciable para alcanzar sabiduría
No te dejes guiar por todos tus antojos
ni entres en lugares de brujería.
XI
Finalmente, no te alejes del creador
pues él tiene propósitos contigo;
Yo te brindo todo mi apoyo y mi amor
y como tu padre que soy hoy te bendigo.