EHUR OHR

Sobreviviendo...

Cuando te fuiste, a pesar de las lágrimas,

abrigaba en el fondo del alma, en mi inconsciente…

la esperanza segura de tu regreso.

 

Pensaba que aquel instante era un lapsus, impostergable,

pero que pronto estarías de vuelta.

 

Entonces no me daba cuenta del tiempo y el suplicio que padecería.

 

No pude dimensionar el tamaño de la herida que dejabas…

y que tu partida se convertiría, sin duda… en mi holocausto.

 

Solo suponía, que aquel momento era inevitable,

y quería pensar que sería fugaz,

y que volvería a ser feliz…

alguna tarde.

 

Si hubiese sabido del trágico final de aquella despedida,

seguramente hubiese impedido tu huida.

 

No sé por qué carecemos el poder vivir un minuto antes de que todo suceda,

así, evitaríamos un mar de lamentos,

una rutina abrumada de nostalgias,

nos ahorraríamos el martirio de existir sin sentido…

con el membrete de la ineludible melancolía.

 

Que efímera resulta la dicha,

que increíblemente corta puede ser una sonrisa…

y que frágil una mirada de sublime gozo,

que recuerdo tan imperecedero   pueden resultar… aquellas imágenes… tuyas y mías…juntos.

 

A veces me siento en el portal de nuestra morada…

a soñar con alguna señal que reviva la ilusión de tu retorno,

y no me doy cuenta de las incontables horas que han pasado…

en esa práctica permanente…que ya se me hizo cotidiana.

 

Cuando despierto a mi consciente…

miro la soledad a mi rededor …

envuelta en ese silencio tuyo,

y en un suspiro involuntario…termino aceptando mi derrota,

entonces me guardo las lágrimas…y sigo sobreviviendo…como un ente…pero ya sin ningún delirio.