Al crecer mi Verdugo no se separaba de mí,
en su lugar, crecía con cada cosa que me enseñaron que
No debía hacer y con la que debía de cumplir.
Mi Verdugo,
tan sabio y tan modesto,
al que jamás se le debe y debía faltar al respeto,
aquel que con solo dar una mirada hacía temblar mi suelo.
¿Dónde estás que no te veo?,
de tan alto asiento donde,
jugabas mi manera de amar con toda libertad.
Dime ahora.
¿Por qué cambiamos de lugar?
¿Así te sentías?
¿Con este poder de derrumbarte con solo 3 simples palabras unidas?
«No-lo-acepto»
Desde aquí veo tus miedos,
Tus deseos y tus ganas de dejarlo fluir,
En ti,
veo mi reflejo de querer,
vivir y amar,
sin que te juzguen por ser feliz.
Veo lo que callas y lo poco que dices, dime
¿Yo me veía así?
¿Tan destrozada por fuera y por dentro, ?
Con ganas de no volver
A ser el ser, la falla de este universo.
Ya no soy acusada, ya no soy guardia, no soy público.
Soy testigo.
Soy juez.
Soy escribana.
Soy jurado.
Y más importante.
Soy tu Verdugo.
Los roles cambiaron,
todo cambio.
¿Pero aún no puedo dar tu castigo, sabes por qué no?
Por qué.
¿Cómo ser verdugo de tu verdugo?