hector cesar

Tres hermanos y un linyeranÂș4

 

Y de tarde saldremos como siempre a juntar cartones como todos los días

Y después de cenar tendrán que realizar los deberes para el próximo día

De acuerdo,

Como no estar de acuerdo sería la primera vez que tendríamos la posibilidad

 De conocer un colegio por dentro.

Para ese lunes Elena nos avía lavado las mejores ropas que podíamos tener,

 Producto de algunas señoras que de tanto vernos nos regalaban ropas de sus hijos

O familiares que las tenían en desuso.

Y nos vestimos con las mejores zapatillas también de gente que nos las obsequiaban.

Debo de reconocer que aquel día fue el más terrible de nuestras vidas muchos de los chicos

Que nos conocían de vernos pasar juntando cartones se miraban entre ellos con una mueca

De sonrisa burlona que por respeto a Armando no se las borre de una trompada

Aunque no pudiera volver jamás al colegio,

 hoy lo pienso y hubiese sido el mayor error que pudiera haber cometido.

Tratábamos de cenar rápido lograr hacer los deberes, Elena ya los había realizado

Durante la tarde y ni bien terminábamos nos dormíamos sobre unos colchones

Y unas frazadas rotas descoloridas pero nos abrigaban durante la noche,

Nos dormíamos esperando la mañana para ir al colegio.

Con el tiempo algunos chicos intercambiaban algunas palabras con nosotros.

Elena por ser aplicada y estudiosa le fue más fácil hacerse de amigas

Yo cuidaba por mi hermano Horacio el quizás no podría soportar

Los desplantes de sus compañeros, pero como en los recreos nos dejaban

Que los barones jugásemos a la pelota y en eso Horacio ya mostraba

Ciertas habilidades de a poco lo fueron aceptando término siendo

 Uno de los mejore jugadores de colegio.