Hoy he esparcido tus cenizas
por donde cantábamos alegres...
celebrando inviernos y primaveras.
Hoy he recordado tu caminar sin prisas
y te he visto a mi lado cuidándome.
Ahora, estás fundida en la libertad
de mis ensueños,
en ese todo al que tanto le canto.
Mis lágrimas brotan
y el sol las seca.
El mismo que te da brillo en las noches,
Luna.
El mismo que a tu pelaje doraba.
Ruiseñor te ha acogido con su canto.
Quizá ahora estemos más unidos que nunca.
Porque ya vi las dos caras del mismo todo,
la vida y la muerte.
Algunos me verán acariciando aire,
me creerán loco.
Pero es a ti,
que contemplas conmigo,
a mi lado,
el día que comienza.