Sólo la sensación es sensible. Ningún cuerpo se ha tocado jamás con otro cuerpo. No hay contacto alguno entre las cosas y sus partes. Si pongo mí mano en tu pierna, sobre tu piel, es la sensación la que te acaricia y te excita, no el contacto, no hay contacto, sólo sensación y su sensibilidad inherente. La sensación es el espacio que se produce entre dos átomos que se repelen mutuamente. Es el subproducto de ésta sinergia creada en tiempo y espacio a niveles subatómicos; de ésta cooperación en el rechazo mutuo de la materia; de la fatal imposibilidad de habitar uno en el otro, de habitarnos mutuamente. Es en la negatividad del tacto donde subyace la silenciosa intensidad de ésta reacción atómica llamada <sensación>. Por eso, la palabra, el tono de la voz, el pulso que conforma cada sonido que forma la melodía, puede ser más sentido, más estimulante y real, que mí mano en tu cuerpo desnudo.