En las catacumbas
del corazón de Dios
se anidan silencios misteriosos,
volcánicos, puros, capacitados
En las bases de las casas
y edificios
duermen muertos sonrientes
y felices consigo mismos
Son los huesos qué truenan
clac clac clac
en el baño de un almacén cualquiera
en una hora cualquiera...
Es mejor hacer apología de los locos
qué drogarse hasta el amanecer
luego llegan los niños y sus descuartizamientos
y uno no sabe que decirles
o explicarles