Homo Reus

.Corazón envenenado.

Ven, y coloca tu mano aquí en mi pecho, siente el débil latir de mi corazón. 
No sabrías cuál latido podría ser el último.
Coloca tu oído en mi pecho, escucha su cansancio dentro de mi.
Debes saber que cada latido, es un paso más que va dirigiéndose a mi tumba.
Ven, y escuchalo susurrar sus últimas palabras.
Palabras de agonía.
Palabras de desesperación mezcladas con la tristeza que produce la nostalgia.
Esa nostalgia de momentos que nunca ocurrieron.
Momentos que un día fueron combustible para mi corazón, pero que, atrapados en mi interior, se convirtieron en veneno que hoy, latido a latido, se riega por todo mi cuerpo matandome en lenta agonía. 
Mi corazón ya no tiene fuerza.
Mi corazón va a dejar de latir.
Así es mejor.
No quiero que este corazón sufra más, a causa de mi.
Así es mejor: dejar de latir, es dejar de existir.