Forjado en bronce yo fui
en los altares Mexicas.
Adornados con brillantes cuetlaxochitl…
En Tenochtitlan las aguas…
de Xochimilco y Texcoco.
por Ilhuicatl, los señores del Anahuac
bautizaron mis neuronas…
La fuerza del universo
nutrió de oro y plata mis entrañas;
por Tonatiuh y por Citlali acurrucado…
La aleación de las materias
en el caldero divino, de Xuicoatl
produjo un mejor acero.
Mi nación fue aterradora:
también erudita y sabia;
amante del universo,
navegante entre los astros del cielo….
Mestizo soy, y en mis sienes,
con orgullo, doble corona
distingue mi caminar.
Por mis venas corre fortuita la sangre
descendiente de tolteca, de mixteca y zapoteca
y del íbero también fluyen entre mis arterias
genes de osado conquistador…
Aunque, al final de cuentas
escondidos ahí se encuentren
en cobrizos cromosomas
una raza de guerreros, poetas y soñadores
de Nezahualcoyotl hijos, que vivieran sin temor,
esclavos del universo, y morir con honor y con valor.
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