fasago

Otoños mojados

Otoños mojados

La alborada atrae el canto triste del cenzontle desvelado,

en la pálida y tersa luminosidad al amanecer del día,

se debate con las sombras en la luz tenue de la mañana

Y en la fresca brisa de los aromas perfumados del otoño,

esparce en el viento su insaciable placer en la pradera

En la penumbra se conserva desnuda la silueta de la luna,

en la tiniebla del espejo que guarda su amor a la laguna 

No alcanza a penetrar la bruma del pasado en el olvido;

a la luz del alba termina la noche de insomnio y de vigilia,

después de Otoños mojados de tristeza dejados por la lluvia