Se va cuando el follaje tiñéndose de verde
sin saber hacia dónde viaja en el viento y muerde
arrancando colores, rubores del calor.
Resuelta en viento crudo la penosa llovizna
de los parques de otoño que por lo seco tizna
en la cesta sentenciosa de profundo sopor.
Cargando con nostalgia cestas de tono verde
fue la memoria viva para que lo recuerde.
Con el viento que lleva verde del mirador
él se fue deshojando la tarde que despuebla,
transitando el abismo de aquella densa niebla
mientras que en la placenta reverdece el vigor.
©JoséLuisGalarza