I
Navegando en el viento
–rosaflormariposa,
amigamantesposa–
llegó hasta mí este cuento...
II
Este cuento que llevo
aunque sé que no es nuevo,
lo traje de un lejano
reino altivo y ufano
junto al lago de Azur.
Y cuenta que una rosa
quiso ser mariposa
que surcara los cielos
más allá de los hielos
de los montes del sur.
III
Prometió al sol sus galas
al crecerle las alas
que al sentir barlovento,
y en la escala del viento,
la llevara a volar.
El amor a la luna
prometió sin ninguna
inquietud ni tristeza
¡Es la naturaleza!
¿Quién se va a enamorar?
IV
Y así día tras día
la rosa repetía
“quiero ser mariposa
radiante, glamorosa,
y emigrar hacia el sur”
Un día, de repente,
el levante insolente
alzó su falda corta:
y suspensa y absorta
quedó queda en su albur.
V
“¿Eres tú quien al vuelo
sobre el mar y hasta el cielo
en un verso radiante,
rumoroso levante,
desharás mi dolor?
¿Eres tú quien me quiere
y en azul me prefiere
con las alas gloriosas
de aquellas mariposas
que dan libre su amor?”
VI
“Soy el viento del Este
siempre altivo y agreste,
suave como ninguno;
llevo voces de Juno,
soy levante cantor.
Del amor, quintaesencia,
naciente efervescencia
impudicia primera
ardor de primavera,
levante trovador.
Soy quien de alas batientes,
sobre olas crecientes,
más allá de los mares,
escanció los cantares
del grandioso Odeón.
Escuchados tus ruegos,
como los versos griegos
níveos y enardecidos,
ya han sido atendidos
por hermosa oración.
Mas, te he visto y no eres
mariposa de Ceres
¿Quién eres, cegadora,
que semejas la aurora
azul de azul vestal?
Pues, no llevo lo escrito;
es para mi proscrito
por Eolo, mi dueño.
Cuando te venza el sueño
te llevará el Mistral”
VII
“Llévame, te lo pido;
húrtame del olvido
hacia el sur, tras el muro
que oculta mi futuro
más allá del jardín.
Soy la rosa más rara
incomprendida y clara
que dio a luz un poeta,
mas, me dio un alma inquieta,
surcar quiero el confín”
VIII
La verdad no recuerdo
–a veces yo me pierdo
al contar esta historia–
si al fin cantó victoria,
rosaflormariposa,
fue poema o esposa
o la llevó el Mistral.
¿Que finales felices
prefieres, me dices?
bien..., el poema puro
de su cajón oscuro
pudo, con su donaire,
atravesar del aire
la senda vertical.
IX
¿El poeta, preguntas?
¡muchas preguntas juntas
que se me enreda el cuento!
a ver, si no te miento
y lo puedo decir.
El verso más sentido
es siempre el más vivido;
el verso más amado
es siempre el más llorado
(Quiso el cantor morir)
Entregó al sol las galas,
el tiempo cortó alas.
A la luna amores,
los antiguos furores
fueron sólo un rumor.
Así el sol y la luna
reclamaron la runa
del poeta abatido,
sin haber comprendido
por qué esconde su flor.
X
Por las mismas razones
prometió tantos dones
a esos seres diversos
que tan sólo estos versos
salvé yo para ti.
Y este cuento que llevo
puede ser siempre nuevo
si al compás de un conjuro,
en tu edén, sobre el muro,
lees tú para mí.
XI
Y arrojado en el viento
–rosaflormariposa,
amigamantesposa–
llegó hasta aquí este cuento...