Con una semántica
destrozada,
trazo mis signos,
con indiferencia.
Indistintos seres
aparecen
y desaparecen
en brumosa génesis:
Manos frágiles
atadas a la memoria,
queman los días
pasados.
Son los ojos
temblorosos,
con una flama
al final de las miradas.
Sujetos asidos
a hojas sueltas
que se esparcen
por doquier.
Mujeres pertinaces,
menstruando
primaveras,
con un iris dentro del corazón.
Radiografías con vidas,
espectros mal mirados,
inspiración
sin épica…
Fotografías, ídolos,
peregrinos,
poetas…
que nadie ve.
Propuestas de versos,
que se alzan
solitarios,
por un camino extraño.
Voz que nunca llegará
a ser viento…
Luz necesitada
de las miradas
con una poesía,
que aguijonea la razón.