En una pequeña taberna de Almagro
escondida en un parque en verano
y custodiada por una vieja universidad en invierno
se encuentra un altivo tabernero.
Dicen que nunca se rinde
y nunca pierde la alegría.
Un luchador contra la melancolía
y trabajador insaciable.
Tan sabio como Sócrates
y tan ingenioso como Arquímedes.
Cada esfuerzo y gota de sudor
lo hace por admiración y amor
a su querida familia
a la que nunca abandona.
Es una persona
que nunca te abandona,
siempre te apoyará
y te levantará.