Jorge L Amarillo

Tragedia

A través de la noche estrellada
de rodillas ante el silencio
le pido clemencia a este dolor.
Siento el látigo en mi espalda
latigazos que al golpearme de nuevo
me dejan las marcas de todo su rigor.
Mi sombra que permanece inanimada
llora por todo mi sufrimiento
observándome desde un rincón.
No tengo la necesidad de una palabra
si no elevar mi vista al cielo
y por dentro pedir tan solo perdón.
Mis promesas por mí ignoradas
y en el preludio de mi último sueño
verla en aquella lejana constelación.
Y yo con mi corazón lleno de nada
deshojando mi vida en este infierno
enterrando en mi alma a nuestra pasión.
En mi mente el misterio de esa mirada
que por más que pase el tiempo
la seguire conservando yo.
Más en la soledad por mi desnudada
mis manos acarician los versos
de aquellos días antes del adiós.
Aquí en esta noche iluminada
estoy dejando para siempre mis besos
con el trágico final de nuestro amor!