En las palomas sublimada de sus besos
sus miradas fueron el altar de sus delirios,
y entre follajes de caricias y vistosos sonetos,
sembraron amapolas entre sus pieles,
y el sol resplandeció en sus lúbricas praderas.
Aferrados a las quijadas lascivas de Baco
dibujaron las huellas rojas de su amor,
entre sábanas sedientas y paredes ansiosas.
Sometidos
a los vasos de sus cuerpos
el amante se hizo fuego sumiso
del iceberg de su amada,
la amada le siguió el juego de sus ansias;
de poesía lujuriosa se vistieron sus esculturas.
Sus quejidos hablaron
en palabras desconocidas
y derrocharon la malicia de sus jugos
y entre notas coordinadas de placer,
mordieron la lengua de la satisfacción.
Entre caricias lúdicas y devaneos
desabrocharon sus escondidas ansias
y se mojaron gozosos en el fuego de sus lluvias.
Fabricaron diversos fonemas de placer,
y entre ritos extasiados y lunas llenas
tocaron las estrellas de lo eterno
explotando sus fresas y sus uvas.
Edith Colqui Rojas-Perú ©
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