Te extraño como extrañan, la brisa las violetas;
te sueño como sueña, su puerto el marinero;
te quiero como quiere, la lluvia el limonero;
y añoro tus sonrisas sensuales y coquetas.
Mis noches taciturnas, transcurren tan inquietas,
soñando con tu beso, gentil y zalamero;
y falta a mi existencia, tu encanto lisonjero;
igual que suave viento que impulsa las veletas.
Desnuda y palpitante, deseo venerarte,
y quiero con tu esencia, fundir mi gran pasión;
ansiando ser el ave que pueda regalarte
su trino enamorado, flotando en ilusión;
y de una vez por todas, mis sueños entregarte,
ardiendo con las llamas de intensa devoción.