La noche en ti, soneto, viene a darme
la paz, y mi convulsa fe, adherida
a la gracia de tu verso, redimida
buscará la quietud donde alumbrarme.
Tu esencia luminosa al alumbrarme,
enciende en mí el anhelo de la vida
y el alma del poema en ti prendida
impregna poesía al inspirarme.
En ti, soneto, escribiré el legado
de antiguo amor ajado y renacido
guardado en las estrías de mi usura,
mi verdad, mi pasión y tu hermosura
gritarán en mis versos el milagro
de un poeta por soneto enamorado.