La tarde caé, roja e iluminando todo
como aquella en que en tus ojos me veía
como espejo de agua clara y cristalina
que se ofrecía a mi boca para apagar mi sed.
La tarde caé y se parece más al fuego
que sentía correr por mis venas
cuando tus labios besaban mis labios
y me rendía al calor de tu abrazo.
La tarde caé y se apaga otro día
como se apagó mi corazón cuando sentía
que ya a nadie más querría
como te quíse a ti, ¡como te queria!
La tarde caé, y se muere el día
y yo con el siento que me muero,
porque a pesar de todo te quiero
te amo, aún cuando ya no puedo.
La tarde caé, anunciando algo nuevo
y yo quisiera poder también hacerlo,
porque me muero por verte de nuevo,
porque esto no quiero perderlo.