Nada más fuerte que el amor. El amor creado por Dios, el permitido, del que brota néctar. Y te amo porque eres sencilla y dulce, como el arpegio de una guitarra en la pradera. Aunque nadie me escuche, solo Dios, el Padre, sabe que ruego por ti, y que mis manos sueñan acariciarte, pero sin deseo en mi corazón. Solo pureza de un amor santo, que te trata como flor, como rosa, como si podara tus espinas para que no te sientas sola. Y no hay amor mas fuerte que la de un amigo dando la vida por sus amigos. Me han dejado todos. Ni yo me tengo. Solo el Señor nos sostiene, como a ti que dices: El me sostiene como al universo. No pierdas tu fe mi amada amiga. Olvídate de ti misma. Olvídate si quieres de mí, pero no te olvides de ÉL. Su nombre nos guarda esta noche. Se perfecta esta noche. Ciñe tus alas, ríndete a tu primer amor, y lo demás déjalo allí, en tus cajones cerrados que guardan misterios de amores pasados. No hay celo en mi alma, porque dice su palabra que el amor no es celoso, entonces pues, guardo su consejo y espero amarte mejor.