Donde brota la palabra
es fuente que lleva
de un lado a otro
su presencia.
Chorros de voces
salen del interior de bocas
que bajo la tierra se llenan
de bocanadas de silencios,
es la tierra misma
la que suplica a los hombres
que allí donde esté ella
se abstengan los mortales
a levantar grano alguno
de polvo o sementera.
Era ella la que engendraba,
sin saber de quien era el semen
que en pequeñas espuertas
por los campos se esparce,
al tiempo que las mujeres
en los lavaderos públicos lavaban
las faltas e incorrecciones
de sus incógnitos hombres.