Marcelino Victor

Te escribo

Desde la sonrisa que despiertas

Cada mañana

Desde los minutos antes de

comenzar la jornada

Desde los mates y tostadas

con dulce mermelada 

Desde la tranquilidad que 

provocas el evocarte en mis

recuerdos

Desde la añoranza de nuestros

mozos días

Desde los domingos de mañana

donde se confunden tu silueta

con los dorados rayos del sol

Desde la inmensidad del cielo

donde tus ojos brillan por cada

estrella

Desde el alma desde los recuerdos 

desde el corazón

Desde el pasado donde aún

quedan abiertas las heridas

Desde el presente tan incierto

tanta incertidumbre de éstos

días

Desde el futuro 

desde el añorado  reencuentro

Desde la ilusión de tenerte cerca

Desde la esperanza renovada

en cada suspiro

Te escribo desde el silencio

de mis labios, 

porque, tal vez

de ellos, nunca más vas a escuchar

te amo