Del pueblo venezolano
deja que hable en la distancia
pues no olvido su fragancia
y no lo siento lejano.
Perdona, si lloro hermano
mientras escribo estos versos.
Tengo sentires diversos
sobre mi pueblo y mi gente
que se encuentra en el presente
en otros suelos dispersos.
De San Juan de Capristrano
mi sangre tiene raíces,
y del mismo sus matices
mi corazón tiene a mano.
Perdona, si lloro hermano,
hoy me invade la tristeza.
He perdido la certeza
que tuviera del regreso
y siendo libre estoy preso,
muy lejos de su nobleza.