Llegó la muerte
vestida de flores,
dando gritos de odio
por calles y montes.
Murieron cientos
por bombas a golpes.
Mutilados fueron
los enterrados sin flores.
Todo era negro,
fuegos y cañones.
Ríos de sangre,
cuerpos sin nombre.
Llego la muerte
con chillidos feroces,
en mi Israel querida
es tiempo de cruces.