No eres la talla de tu sostén ni eres la anchura de tu cintura. No eres el color de tu cabello, de tu piel, ni el color de tu lápiz labial. No te defines por la cantidad de atención que obtienes de los hombres, o de las mujeres. No eres la foto. de perfil que tienes, ni los me gustas que puedes obtener. No eres ese diminuto vestido rojo, ni la polera que muestra tu ombligo. No eres el piercing, ni el aro que puedas tener. Eres las cosas con las que sonríes, las palabras que dices. Eres los sentimientos y los pensamientos que tienes. Eres hermosa no por la forma de tu cuerpo, sino por la calidad de persona que eres.