ROMANCE DE LOS BESOS
Recordando estoy los besos
que tú me diste, Rosalba,
con los labios encendidos
como si fueran dos brasas,
que traían la lujuria
de aquella noche estrellada,
donde se oían susurros
de románticas guitarras.
Fue una noche tan perfecta,
un contacto en nuestras almas,
un recuerdo verdadero
que estremece las entrañas:
de los labios, un oasis,
del amor, una hemorragia.
Solo queda que te quiera
en mi vida solitaria,
que te llame y que te busque,
que nos demos la revancha;
porque el tiempo así lo pide,
porque mi alma se desmaya:
si no estás aquí presente,
se me escapan las palabras.
Soy un ciego enamorado,
soy un loco en la comparsa,
tu mirada de hechicera
en mi mente es esmeralda.
¡Cuánto anhelo ese momento!,
¡cuánto mi alma te reclama!
Y es que sufro si te pienso,
y es que extraño su mirada.
Si te encuentro, no me ignores,
ni me ahogues entre lágrimas,
dales luz a mis problemas...
¡solo dame una esperanza!
Samuel Dixon