Quiéreme en versos
hilados de luna y plata,
con matices dulces
en el rocío del alba.
Háblame adentro
con calor de entrañas,
y en besos tórridos
que mi alma levantan.
Sígueme en los sueños
al despertar las mañanas,
por si no te encuentro
al habitar mi cama.
Condúceme al encuentro
en el que nuestros besos bailan,
para que seamos el fuego
que danza sobre el agua.