(Soneto Alejandrino)
En las hojas se plasman las verdades latentes,
las verdades silentes que la boca recela.
En el verso se grita, se desviste y revela
el anhelo enclaustrado, los deseos candentes.
Y en mis manos se mecen poesías vivientes
que la pluma devela a la luz de la vela.
El poeta es heraldo: mensajero que apela
a los gritos internos de los seres sintientes.
Mis poemas se ríen, mis poemas igual,
si desean, recrean el llorar de mi alma;
inclusive, desatan la marea interior.
En el verso se vive el naciente caudal,
en la pluma se muere si se busca la calma.
Poesía, será, ¿el calor del amor?