POR EL AMOR AL TRIGAL
Si tuviese que resumir la lectura de hoy, creo que sería algo así como :
La plantación le será quitada a quienes la tienen y se les dará a quienes la harán producir.
No es secreto que estamos pasando tiempos difíciles como sociedad.
Cercanos a las próximas elecciones en donde se elegirá a aquellos quienes administrarán la miseria socioeconómica en la que vivimos.
Es triste y hasta tragicómico ver y escuchar las propuestas de los candidatos.
Todos prometen lo que luego olvidan o lo peor aún, sabiendo que jamás lo podrán cumplir.
Y la realidad es que vemos a diario el derrumbe de las instituciones ante la mirada obsecuente de cómplices y serviles, y el accionar de jaurías puestas al servicio de mentes enfermas de poder que, naturalmente surge la pregunta: Qué hacer?
Me viene a la mente una imagen de estos días en el campo…un lote de trigo chamuscado por el calor y el viento norte que muestra el sufrimiento por la falta de agua.
Sólo algunas malezas parecen gozar de privilegio.
Algunas malezas de flores vistosas y llamativas parecieran ser lo más importante del lote.
Aunque mirado bien y de cerca también ellas muestran los efectos de la sequía y esas flores vistosas sin duda, durarán pocos días.
Lo malo es que hay muchas. Y nos confunden.
Y para el trigo, aunque de buena calidad, representa un doble peligro.
Un peligro presente ya que esas malezas, al ser de mayor cantidad, lo aventajan en vigor y le quita gran parte de la poca humedad que hay disponible.
Y un peligro futuro: trigo y maleza semillarán juntos.
Juntos terminarían en los silos, y juntos pasarán a la molienda.
Y dicen que la semilla de algunas malezas son venenosas.
Sin dudas es una pena que el fruto de ese trigal destinado a alimentar a los demás, esté contaminado.
¿Qué decisión tomar?
La de manual indica luchar contra la maleza en sus mismas condiciones. Esto en el campo significa fumigar de inmediato.
El herbicida seguramente hará su efecto pero al estar el trigo tan débil, se perderá mucho.
El peligro es que el trigo no aguantará la sacudida de la fumigación y tal vez termine secándose antes, adelantando su ciclo y generando que el rinde pierda un gran porcentaje en el momento de la cosecha.
Se entiende entonces que la decisión no puede tomarse basándose en la bronca por el avance de las malezas sino que debemos tomarla por el amor al trigal.
En esto seguramente estaremos todos de acuerdo: Lo que importa en este momento no es la existencia de las malezas, sino la abundancia del trigo.
¿Qué hacer entonces?
Tener fe en que llegará la pronta lluvia?.
Seguramente luego de la tormenta y con el campo regado es probable que se puedan ir tomando pequeñas decisiones para acompañar el crecimiento.
Cosas que exigirán más tiempo, más dedicación, y bastante más esfuerzo.
Cosas de las que sólo es capaz el chacarero bien parido y sin banderas raras.
Esos que se comprometen con el cultivo.
Por eso te pido en esta Plegaria me des la fe necesaria para saber esperar la lluvia, para tomar esas pequeñas decisiones que, en el momento justo, se convierten en éxito futuro.
Te pido saber elegir semilla de buena calidad, y preparar la tierra de tal manera para que, ante el avance de las malezas, tengamos buenos rindes.
Cualquier parecido con la realidad ya no es coincidencia.
Pretendo que reflexionemos profundamente poniéndole el nombre a cada cosa.
Podemos mantener entonces el amor por el trigal, esperar que el agua les llegue al cuello a aquellos que nos han ahogado durante décadas y de una vez por todas hacer que la plantación produzca buenos frutos.
Los únicos responsables de elegir semillas de buena calidad y hacer un buen laboreo, somos nosotros.
Si la maleza nos invade, es solo culpa nuestra.
Pese a todo y a unos pocos, que sea un buen Domingo.
LHS 🇦🇷