JARNIN

El pobre no es pobre porque quiere

He mirado desde lejos la pobreza,

el abandono, la desesperanza,

 el hambre y la injusticia.

La sociedad pasa de lado,

mirando de reojo al miserable

como si la pobreza fuera contagiosa y repulsiva.

Y así pasan por la vida,

 disfrutando sus placeres

y acaudalando sus fortunas.

Hoy he querido mirar de cerca al pobre,

saber de sus tristezas y saber  sus alegrías.

Me encontré con un amigo,

un viejo sabio por sus andares en la vida,

el sol ardiente dejó huella en su piel, ahora morena,

los pesares en su rostro

y en su alma un dejo de amargura.

Le pregunté acerca de esos hombres

que luchan cada día por su pan y por su techo,

por su ferviente ansiedad de anclar su vida,

y no reducirse a escombro ni desecho.

¡Así les tocó vivir! Dirían los del privilegio,

pero déjame decirte, escucha y ponte atento:

¿Quienes son aquellos hombres

que tildamos de ignorantes y plebeyos?

¿Aquellos de ropas sucias, raídas por el uso,

con aros o botellas en la mano para ganarse un peso?

¿Los marginados, los drogadictos, los desempleados?

Todos ellos… ¡son un problema!

Son una carga en quien gasta el presupuesto,

son holgazanes para el que les da empleo

son un estorbo para empresarios y trofeos para el político.

La pobreza es carencia, genera sufrimiento,

se vive no solo entre pisos de tierra y frágiles techos,

sino entre desigualdad  y angustia,

discriminación , apatía,

y una soledad  que les cala hasta los huesos.

¿Qué me dices de sus ganas de vivir?

¿De sus motivos para el triunfo?

¿Del sentido de su vida?

¡Eso no importa!

No importa el lápiz sobre sus manos cansadas,

ni su grito de lucha al sostener el pico y la pala

arrinconados sus sueños, truncados sus talentos

el pobre es herido, al denostar su ingenio.

Se escucha por doquier decir:

¡El pobre, es pobre porque quiere!

Porque no se esfuerza en conseguir empleo,

¡Es flojo, mediocre y conformista!

Oh ¡Cuánta criminalización de la pobreza!

¡Cuánto castigo a su humilde condición!

Pero sabes, se nos han olvidado las causas,

esas las dejan guardadas en un cajón,

porque el discurso y el aforismo

redundan en premios de satisfacción

al ser usados por políticos y líderes de opinión.

Somos esclavos del consumismo

lo dice muy claro el neoliberalismo conservador

y ahí no tiene cabida el pobre, ¡no es ejemplo de producción!

El rico les  lanza una  moneda

¡Con eso es suficiente para vivir!

olvidando  que ellos también tienen

 una historia, una lucha y un amor.

Han buscado un lugarcito en la sociedad,

crearse un futuro, alzar su vuelo y por fin despegar.

Pero las oportunidades son nulas,

y mucho menos las ganas de apoyar,

ellos son relegados a su condición,

son usados, oprimidos, ¡explotados por el mayor!

¡Cuánta omisión existe, cuánta opresión!

Todos podemos ser pobres,

perdernos en nuestra propio ser,

en la nostalgia o el abandono.

Porque como dijo la madre Teresa:

“No hay mayor pobreza que la soledad”

Y de nada sirve la inútil riqueza cuando  no hay esperanza ,

ni salud, ni a quien amar.

Dejemos los remordimientos aparentes

¡Escuchen! Escuchen los que puedan cambiar

esas vidas llenas de miseria, esa condena y esa soledad!

Asi que amigo mío, ya lo sabes

¡El pobre no es pobre porque quiere!

Sino porque lo relegan a un futuro de oportunidad.