Que noche la de aquel día,
en un espeso trigal
desnudos bajo la luna,
surgió un momento especial.
En tus pupilas leía
penetrantes al mirar
esta noche serás mía,
cuánto nos vamos a amar.
Vi que tus ojos brillaban
ardientes de sensualidad,
en el fondo insinuaban
toda una oculta ansiedad.
Con mis labios recorriendo
la aventura de tu cuerpo,
lentamente iba sintiendo
como al besar, te estremezco.
Llegué hasta tus tibios labios,
escuchando entre gemidos
latidos acelerados
de dos amores unidos.
Classman