¿Sabias que tengo un rifle en mi casa?
Hace poco lo adquirí, hace poco llegó a mi.
¿Qué te parece si te invito a mi casa y te enseño a utilizarlo?
Quisiera mostrarte la puntería que tengo, lo fácil que es para mí darle a las latas, tirarlas del riel y después reír. quisiera...
¿Alguna vez te has preguntado cuántas veces pienso en ti?
Besame, déjame buscarte, decirte que te extraño y decir, una hora junto a ti han hecho que parezcan pocos los 24 años que viví.
¿Cuántas veces te lo tengo que decir?
Podrías venir... mientras ambos ambos sigamos sintiendo algo por el otro, podrías venir...
Pero simplemente decides...
Quisiera enseñarte a disparar, empuñar el arma y después...
Después sentarme junto a ti, contarte historias de porque huí, platicar acerca de lo que es no morir.
¿haz observado los rayos del sol como apuntan a la cara y demuestran el alma desnuda?
Quizás algunas veces te quiero besar, decirte mi amor, pero solo me quedan las ganas de decir porque sigo aquí, hablando de ti y normalmente mi pecho decide quedarme ahí, esperando a que un día tomes el arma y decidas disparar, dejarte llevar por como se empuña, por cómo se juega, desnudarnos al amanecer con un café, clases de tiro y un poco de pan... pero últimamente solo nos quedamos tu y yo, sin todo lo demas, con el arma tirada en la alfombra y las latas en su lugar.