Matias 01

No estoy solo

¡No estoy solo, me ha ganado la noche!

 

Me saludan mis viejos piojos, el pájaro

del luto,

los réptiles y el aire oscuro que retorna

con sus retratos

sobre el lomo de mis ansias. 

 

Hoy le ha gritado el hombro a mi vecino

por su mucho andrajo

que aún no ha terminado de juntarse 

entre sus ruinas más queridas.

 

Está lloviendo sobre el vaso la sed de la pena,

el hambre de la muela del juicio,

del mar muerto que se ha levantado

como lázaro

para una despedida.

 

¡No estoy solo, me ha ganado el dolor!

 

Me ha ganado el silencio que ha llegado

palo en mano

a extraerme el pan perdido en mis costillas

y a sacudir el fango de mis huesos.

Me ha ganado la soledad que se ha llevado

a mi hermano

refugiado en yo profundo

y en su último silencio.