A veces cuando menos uno piensa
recuerda esas hojas somnolientas,
donde la oscuridad no atraviesa
y la verdad es opulenta.
Un diario olvidado en las nubes
de páginas secas y multicolores,
ahí donde escribes cuando subes
a la paz de tus razones.
Un lugar empolvado
donde la tinta salía
y ese miedo no mostrado
se vuelve ahora tu valía.
Un diario olvidado ,en ese recoveco
de la luz de la sociedad rechazado,
pero en su convicción siempre dispuesto
a amar aunque esté marchitado.