La palabra que comparten
y muerden ahueca el tema.
El vacío expande la mordida,
sus grietas son agujeros negros.
Es todo lo que se sabe de eso.
Nadie sabe nada de eso.
El sabor, nada más, se pega a las cienes,
llevamos el vacío en que caemos.
El vacío, nada más, viaja con nosotros.
Así es este sentimiento,
en la nada la piel endurece
sobre espaciar el cuerpo y abultarlo
y ganar peso sin atmósfera,
nadie sabe nada.
La mancha, el pulpo en el brazo,
le cubre la piel como quien amarra,
y convoca no sé qué soledad,
nadie sabe nada.
Con qué propósito las sombras la cubren,
nadie sabe o nadie quiere saber
de la oscuridad más que el roce
con el nombre que permanece volátil
hasta el silencio definitivo.
Cómo fue creciendo el silencio en ella
hasta sepultarla viva.
Nadie sabe nada de eso.
©JoséLuisGalarza