(Soneto asonante)
Dime, ¿ ya cuántos años han pasado
desde el regalo pulcro de tu verso?
¿A cuántas lunas llenas de tu beso?
Hoy recuerdo calores de un antaño
que siendo blanca ave de aquellados
loas, calmaron todos los deseos
fatuos del alma mía, todo ruego…
toda hambre bestial de mi letargo.
Y hoy, el carmín del verso embriagador,
aquél plasmado al rojo que predije,
mora en mi sangre brava, como vos.
Desliza sus encantos y se ríe…
Dime, ¿ya a cuántos años, Corazón?
¿Cuántas lunas del beso que me diste?
Baratza