Yo soy un rio
Al que visita una ninfa
de cabellos salvajes
mesados por el viento
En ocasiones escruta en silencio
el brillar de mi corriente cristalina
y presto pregunto con bajo ronroneo
por su alma visiblemente afligida
Mas en mi desespero, por respuesta recibo
la inmovilidad queda de sus labios
los suspiros desbordantes de su pecho
y el crepitar doliente de las hojas bajo sus dedos
En otras, sin aviso y placer incontenido
se funde en las aguas de algún meandro..
acallo y nublo mi suave rompiente
para alzar el susurro de sus brazos
ocultando su cuerpo desnudo
Hoy, la nostalgia cubre mis días, mis estaciones
Qué será de la ninfa de cabellos salvajes,
de sus paseos, de sus pasiones
Ya la esperanza está marchita,
muerta de tanto esperar
sin vida fluyo y,
los sauces únicos testigos de mi pesar