1
La fugacidad
una caja de sorpresas,
a veces,
el asombro abre tus ojos
el miedo cierra tus ojos.
Moradores invisibles,
deambulan en las esquinas
y avenidas desmembradas del otoño.
Las moradas callan a puerta cerrada,
regresan las campanadas de la iglesia,
y el carnaval hecho silencio.
Una brisa,
juguetea entre los ciruelos,
la piel del fruto,
se enreda con la oscuridad,
su desnudez dejada al azar
como el habitante,
no sabe dónde ir,
parece esperar su muerte.
La distancia social
entre astros sin luz
dejan vulnerable a los habitantes,
que esperan algún rayo de sol
que los acerque a la vida.
2
Un invasor invisible,
marejada incontenible
como lava suelta,
gira, sobre el cuerpo sin defensa,
gira, sobre el pensamiento,
se estanca en emociones sueltas,
la incertidumbre un carrusel
de muerte súbita e inexplicable.
En las noches las luces de farolas
apenas se acercan a los adoquines,
despierta la soledad más honda,
y el dolor incierto de la ausencia.
3
Un virus,
Imaginado como natural,
imaginado sin causa.
imagina y escapa.
Mientras,
El dolor deambula,
Imagina la realidad
Los habitantes imaginan y escapan,
Mientras el amor deambula,
La realidad la imagina,
el camino es muy corto
entre el dolor y el amor,
entre el virus y la muerte,
el habitante espera
el habitante se esconde,
imagina la muerte.
El amor suelta la imaginación
se acerca a la vida.