Habráse visto tamaño cinismo…
de ironía extrema,
invocar a Dios para saciar perversos instintos,
intentando justificar demenciales doctrinas.
Que idiotez viven los humanos,
que podridos están sus corazones.
Cuanta maldad y perversidad desatados,
cuanta depravación desenfrenada.
Que barbarie…
simplemente espeluznante,
cuanta desazón habita en el ambiente,
cuanta impotencia sienten las almas.
Sonrisas de papel… convertidas en amargo llanto,
abrazos de hipocresía… hechos, cenizas,
risas macabras de gozo…
que pronto se transforman…
en gritos de terror desesperantes.
Si Dios es amor…nada de esto coincide,
pues usan su nombre en falso…
sin darse cuenta que satán los gobierna.
La crueldad se encoleriza…y se derrama…
se esparce y lo envicia,
todo se contamina de venganza,
no hay vuelta atrás…va ganando la muerte.
Se ensombreció el cielo…
hay luto en lo sempiterno.
El precio de la intolerancia los destruye,
solo van quedando escombros…
y humeantes vestigios de lo que fueron.
Irrevocables imágenes de aflicción,
el monumento a la irracionalidad humana.
Ha triunfado el odio,
ahora…asuman las consecuencias.