Kevin Barrios

En tus manos

Desde el rubor de la tarde
cae, quizás, los últimos rojos vestigios del invierno
quedando en el recuerdo del futuro
suaves pétalos carmesí besando una íntima y desconocida primavera.
Mientras las horas pasan al filo de suspiros
que van al compás de melancólicas estrellas.
 
Aquella luna, tan llena de luz como de sueños poéticos
escucha el susurro de una solitaria guitarra
que canta los colores olvidados del corazón.
 
Cierro los ojos
y en mi mente, su angustia que no se deja brotar.
Abre sus alas y se deja caer hacia un oscuro cielo
intentando buscar en el horizonte el cálido abrazo del alba.
 
Cierro los ojos
y me veo caminando entre él quizás de la esperanza,
entre él jamás del tiempo
o incluso entre él para siempre de la vida y la muerte.
 
Cierro los ojos
y veo una rosa roja descansar en la suavidad de sus manos,
en la tranquilidad del mar,
sobre la fría nieve que recorre sus mejillas,
en sus noches de tempestades,
sobre el resto de sus miedos,
en lo más profundo de su amor.