Una mujer segura de sí misma y con una alta autoestima no necesita la aprobación de nadie para sentirse bien; sabe cuidar de sus propios intereses y proyectos cada día. Se arregla con elegancia para su propia satisfacción; camina con firmeza y desprende magia y alegría. No busca galanes que le digan piropos; porque se inspira con palabras que nacen de su alma. No depende de nadie, no necesita que ningún hombre la lleve a conocer París, porque ella trabaja y puede recorrer el mundo con su dinero. Se valora, se ama y cuida su reputación; ella nació estrella y brilla con luz propia vaya donde vaya. Una mujer empoderada continua estudiando, leyendo e investigando; no malgasta su tiempo en cotilleos ni en revisar perfiles de famosos que publican su vida de mentiras y fantasías. Sueña, sonríe y se levanta cada día radiante; tiene propósitos y metas claras; sabe que la vida es muy corta y no debe desaprovechar esta gran oportunidad de vivir y ser feliz.