Milagro fecundo es la tierra,
alberga semillas de vida,
germina su rastro, atrevida,
y llena de brotes la sierra.
Y pinta color esmeralda,
con chispazos rosas y azules,
colmando en arroyos de tules
y en montes con flores de gualda.
Recibe a los muertos gozosa,
los mezcla y la vida reboza
siendo tan solo una, en un todo.
Son notas de igual armonía
formando la gran sinfonía
que surge, gimiendo, del lodo.