Los años no pasan, pasamos nosotros,
pasa nuestra vida, pasan nuestros sueños,
cargamos a cuestas nuevas esperanzas,
antiguos amores y viejos recuerdos.
Los años no pasan, desfilan airosos
en los almanaques y en los calendarios
mientras vuestra vida se va consumiendo
como aquellas velas que en el cumpleaños
soplábamos juntos, riendo y soñando,
pidiendo deseos que nunca alcanzamos.
Olvida calendas, fechas, prontuarios
y vive la vida partiendo de cero,
porque cada día es un mundo nuevo,
un nuevo futuro, un renacimiento,
algo irrepetible, algo sempiterno,
un alfa y omega en cada suspiro,
un reto, una apuesta en este casino
en el que nacemos, en que nos jugamos
la fe, la alegría, proyectos y sueños,
amores, deseos, prejuicios y miedos
contra una ruleta falaz y trucada
que en cada jugada nos vende a la banca.
Descambia las fichas y sal a la calle,
busca otro sendero más limpio y más verde
que el camino es largo y ya se hace tarde,
las campanas doblan, la noche se cierra
¡no pierdas el rumbo entre las tinieblas!