En Minas, tierra querida de Uruguay,
donde el sol besa tus campos de esplendor,
surgen paisajes que invitan a soñar,
y en cada rincón se respira amor.
Tus cerros majestuosos, imponentes,
se alzan hacia el cielo con orgullo,
y las aguas cristalinas de tus fuentes,
reflejan la paz en tu suelo.
En tu plaza central, llena de vida,
se escucha el murmullo de los amigos,
y en las tardes de sol, tan queridas,
se disfruta el mate, ese fiel testigo.
Minas, cuna de grandes tradiciones,
donde la cultura se hace presente,
en cada rito, en cada celebración,
nuestro espíritu se siente.
El Carnaval estalla en alegría,
con bombos, platillos y color,
las comparsas muestran su valentía,
y el cariño de un pueblo con fervor.
Tus calles empedradas guardan historias,
de luchas, de sueños, de resistencia,
y en cada esquina se esconden memorias,
de una tierra llena de existencia.
Minas, cuna de artistas y poetas,
donde el talento florece sin cesar,
en cada verso de amor que se interpreta,
se encuentra la esencia de soñar.
En cada atardecer que ilumina tus valles,
se dibuja el amor de los minuanos,
y en las noches estrelladas, los detalles,
se funden con el mágico paisaje de tus campos.
Minas, tus encantos son infinitos,
tu gente noble y llena de bondad,
en cada rincón, surgen susmitos,
que engrandecen la belleza de tu identidad.
En cada verso de este humilde poema,
te rindo homenaje, noble Minas,
pues tu belleza y grandeza suprema,
son un tesoro que brilla y fascina.
Minas, Minas, joya de Uruguay,
con tu esencia única y singular,
te recordaremos siempre con lealtad,
tu nombre en nuestros corazones vivirá.